From Pasarilla with love.
Muy pocos ya de los vivos hemos labrado la tierra con una yunta de vacas tirando de un arado romano: cuerpo de madera, reja acerada. Los muy ricos araban con bueyes, a cambio de más potencia podían permitirse el lujo de alimentar a dos animales enormes de los que no recibirían cría alguna. También trillamos todo tipo de mieses: parvas circulares, eras polvorientas. Segamos trigo, centeno o cebada con hoces afiladas; protegiendo de cortes seguros a nuestras famélicas falanges de la mano izquierda con manijas de rudo cuero o de madera de negrillo. Mamamos una cultura rural que agonizaba. De todo aquello queda ya sólo el recuerdo incrustrado en la memoria de un pequeño grupo de supervivientes. Los últimos de filipinas, dirían algunos.